última actualización: 3-05-2024
Lo que debes saber sobre el mantenimiento de tu bicicleta de carretera
Sabemos que la bicicleta es para ti un bien muy preciado y que quieres cuidarla como se merece. Para ello, es importante que sepas cuáles son sus puntos más delicados, los más susceptibles de sufrir fallos y los que necesitan cuidados más específicos. Además, te interesará saber cómo debes guardarla cuando está en desuso, cómo ponerla a punto en pocos minutos antes de una salida y cómo revisarla y limpiarla tras varias horas de uso. Sigue leyendo para descubrir todas estas claves sobre el mantenimiento de la bicicleta de carretera.
En esta línea, queremos ofrecerte algunos consejos que te serán muy útiles para hacer el mantenimiento de la bicicleta de carretera. Pero antes, descubramos por qué es importante que tu bicicleta se someta a menudo a revisiones y esté en su estado óptimo a pesar de estar en desuso un tiempo.
¿Por qué es importante el mantenimiento de la bicicleta de carretera?
La bicicleta de carretera es un vehículo que, como cualquier otro, es vulnerable de sufrir cierto desgaste, ya sea por el propio uso de la misma o por el paso del tiempo. En ese sentido, debes saber que incluso en desuso puede verse afectada por agentes externos que hacen que su rendimiento vaya disminuyendo.
Así, hacer un buen mantenimiento de la bicicleta de carretera y llevar a cabo revisiones rutinarias de su estado para aplicar las limpiezas y reparaciones necesarias no solo te ayudará a alargar su vida útil, sino que además te servirá para prevenir fallos mecánicos que pueden desencadenar en inconvenientes mayores. En este sentido, no solo te recomendamos que chequees tu bicicleta antes y después de tus salidas, sino también que tengas por costumbre revisar su estado y la guardes adecuadamente cuando sepas que vas a estar un tiempo sin utilizarla.
Consejos para la puesta a punto de tu bicicleta antes de una salida
Como ya sabes, asegurarte de que tu bicicleta está en perfectas condiciones antes de una salida por carretera es imprescindible. Eso no solo te ayudará a prevenir incidentes mecánicos durante tus rutas, sino que también tendrá que ver con la salud y el buen estado general de tu bici, directamente relacionado con su vida útil. Una bicicleta bien cuidada puede ser tu mejor aliada.
Antes de salir y pasar varias horas montando en bici, debes tener en cuenta la importancia de revisar, en primer lugar, sus elementos de seguridad.
1. Revisión de los frenos
Los frenos son sin duda un elemento determinante para tu seguridad en ruta y por ello son los primeros componentes que debes revisar. En primer lugar, te recomendamos que compruebes el recorrido de tus manetas de freno. Para hacerlo, deberás presionar las manetas y comprobar que el recorrido de las mismas no es demasiado extenso. En el caso de que el recorrido sea largo, llegando hasta su punto máximo, significará que los frenos están demasiado destensados, lo que puede terminar siendo un peligro.
Comprobar el estado de las pastillas de freno es el siguiente paso que deberás realizar. Esto te resultará más fácil si cuentas con un freno convencional, ya que con los frenos de disco, las anomalías en las pastillas son algo más difíciles de localizar (aunque si hay alguna rareza es probable que éstas hagan ruido durante el pedaleo y el frenado al rozar con el disco). Si las pastillas de freno de tu bicicleta están demasiado gastadas no funcionarán de forma eficaz, por lo que deberás cambiarlas. Como te comentábamos, en el caso del freno tradicional, podrás ver el desgaste fácilmente sin necesidad de desmontarlo, gracias al avisador que generalmente lleva el soporte de la pastilla.
Si los frenos de tu bicicleta son del modelo convencional, es importante que revises también el estado de los cables y fundas. Al ser metálicos, pueden oxidarse si han estado expuestos a la humedad o se han mojado, lo que les hará perder resistencia. En ese caso deberás reponerlos para asegurarte de que tu bicicleta frenará correctamente.
2. Revisión de los neumáticos
Los neumáticos son el único contacto de la bicicleta con la pista y su estado debe ser el óptimo en tus rutas. Por ello, comprobar que tienen la presión correcta antes de salir de ruta es fundamental. Sin embargo, antes de ello te recomendamos que te fijes en el estado general de tus cubiertas. Lo normal es que tras ciertos kilómetros estas vayan desgastándose, especialmente en el caso de la rueda trasera, aunque pueden observarse cortes en ambas ruedas.
En algunas ocasiones, es posible que tus neumáticos no estén gastados por el uso, pero debes tener en cuenta que un material como la goma puede resecarse cuando la bicicleta no se utiliza, lo que hará que tus cubiertas se agrieten y pierdan agarre. Es importante que los neumáticos estén en perfecto estado si quieres sentirte seguro sobre la bicicleta, además sentirás una mayor comodidad y lograrás más aerodinamicidad.
3. Revisión de las transmisiones
La transmisión (formada por la cadena, los piñones y los platos) es el tercer y último elemento de obligatoria revisión para tu seguridad sobre la bicicleta, pero no por ello el menos importante. El engranaje de tu bicicleta de carretera y su resistencia tienen un impacto directo en la potencia que le trasladas y, por lo tanto, en tu velocidad durante las rutas.
Lo más importante en ese punto es revisar que el engrase de las transmisiones es el correcto, y que la cadena fluye de forma correcta desde los platos a los piñones. En este sentido, es probable que tras muchas horas de uso y muchos kilómetros, tu cadena se haya holgado o destensado, algo que se intensificará si no la cuidas correctamente y dejas que se seque demasiado.
Para darle la atención que merece, es importante que antes de tus salidas compruebes que está lubricada y limpia. Si no lo está, deberás limpiarla cuidadosamente y engrasarla con un aceite o material de engrasado específico, como teflón o cera.
Consejos para la limpieza y cuidados tras una salida por carretera
La correcta limpieza de tu bicicleta tras las salidas es un elemento fundamental para su mantenimiento, ya que la suciedad que haya cogido durante las rutas puede convertirse en una amenaza y llegar a ocasionar problemas mecánicos en los casos más extremos.
Cuando regresas de una salida puedes centrarte también en los elementos de seguridad que hemos establecido anteriormente (los frenos, los neumáticos y la transmisión), y empezar la revisión sin olvidarte de ninguno de ellos. En este sentido, te recomendamos que eches un vistazo a cada una de las partes retirando la suciedad superficial que pueda haberse adherido a la bici durante la ruta, en especial si la pista estaba mojada o tenía barro.
Una vez hayas realizado una revisión general que te haya permitido limpiar las partes más “visibles” de tu bici, es importante que dediques unos minutos a comprobar el estado de las transmisiones, ya que al estar tan cerca de la pista, pueden contener más suciedad de la que imaginas.
Para limpiar las transmisiones de tu bici, debes aplicarle líquido limpiador o desengrasante. Si colocas la cadena en el plato grande y el piñón pequeño te será más fácil frotarla, y también puedes utilizar un cepillo para asegurarte de que no te dejas suciedad en los orificios. Tan importante como limpiar las transmisiones lo es que las seques y después apliques los productos. Posteriormente, debes engrasar la cadena y asegurarte de que retiras el exceso de aceite.
Consejos para guardar y proteger tu bicicleta correctamente
Si durante los meses de más bajas temperaturas decides aparcar tu bicicleta y despedirte de ella hasta que las condiciones meteorológicas vuelvan a acompañarte, o simplemente decides estar un tiempo sin utilizarla, es probable que te hayas preguntado cuál es la mejor forma de guardarla para protegerla de los agentes externos como el frío, la humedad o el polvo. Lo ideal en ese caso es que la almacenes tal y como te gustaría encontrarla cuando la recuperes. Eso sí, lo más probable es que entonces tengas que hinchar los neumáticos.
Por ello, te recomendamos que la guardes lo más limpia posible. La suciedad que puedes haber acumulado en una o más salidas no va a desaparecer y es importante que la retires al máximo posible para que nada se meta entre los pequeños espacios y huecos de las piezas de tu bicicleta.
Una vez la hayas limpiado y te asegures de que los pedales, las transmisiones, los frenos y las ruedas están limpios, no te olvides de secarlos. La humedad es una gran enemiga para tu bicicleta, ya que puede hacer que algunas piezas se oxiden, y en ese caso necesitarás reponerlas.
Una vez sabes que tu bicicleta está perfectamente limpia, colgarla es lo mejor que puedes hacer, especialmente si vas a estar meses sin cogerla. Si el vehículo está mucho tiempo en desuso, sus neumáticos probablemente perderán aire y, al perder esa presión, pueden llegar a deformarse si están apoyados en el suelo.
Por otro lado, te recomendamos que la cubras con un manto o un plástico que la abarque entera. De esa forma evitarás que se humedezca y que atrape el polvo. Esto te ahorrará un buen rato de limpieza cuando vayas a utilizarla de nuevo, y te servirá para asegurarte de que su rendimiento sigue siendo óptimo a pesar de un largo periodo de descanso.
No olvides que estos consejos pueden ayudarte a hacer un básico mantenimiento de tu bicicleta de carretera y a detectar fallos que pueden necesitar reparación, pero lo cierto es que un examen en profundidad del estado de tu bicicleta es necesario si le das mucho uso, además de ser altamente recomendable una revisión periódica por parte de un especialista. Si necesitas que nuestros técnicos especialistas en ciclismo revisen al detalle tu bici para que esta te proporcione más seguridad, no dudes en contactar con nosotros.
Y si quieres saber aun más sobre el mantenimiento de la bicicleta de carretera, te dejamos este vídeo de nuestro canal de YOUTUBE, en el que nuestro experto Dani te enseñará algunos consejos.
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